Buenos Aires posee un patrimonio arquitectónico desconcertante y sugestivo. Las múltiples fuentes de inspiración y la tendencia local a la reelaboración consolidaron en los dos últimos siglos una herencia artística vasta y ecléctica. Este blog pretende mostrar a través de fotografías algunos de esos detalles que suelen escaparse a quien camina sin mirar por donde pasa.

miércoles, 5 de enero de 2011

Museo de Arte Español Enrique Larreta




El Museo de Arte Español Enrique Larreta se encuentra en el Barrio de Belgrano, Ciudad de Buenos Aires. La casa, de arquitectura neocolonial, fue la residencia del escritor argentino Enrique Larreta, cultor de la literatura y el arte español.
El museo posee una colección de obras que abarcan desde el medioevo hasta principios del siglo XX y un jardín de estilo andaluz que cuenta con un ejemplar de ginkgo biloba y una centenaria glicina.
Originalmente la residencia era una quinta de veraneo de estilo italianizante. Fue construida en 1886 por el arquitecto Ernesto Bunge para sus suegros: Francisco Chas (hijo de Juana Belgrano, hermano del prócer argentino Manuel Belgrano) y Catalina Salas. Chas había ocupado, entre otros cargos públicos, el de senador por la provincia de Buenos Aires.
A la muerte de ambos la hija de ellos, Rosario Chas, vivió alguna temporadas en ella. La propiedad fue adquirida en 1894 por Mercedes Castellanos de Anchorena, y al casarse su hija Josefina Anchorena con Enrique Larreta, en 1903, ésta la recibió como regalo de bodas.
La casa hasta entonces tenía solo unas habitaciones abiertas a una galería en la que unas columnas delgadas sostenían el alero. Los nuevos dueños decidieron realizar modificaciones, y solicitaron consejo al arquitecto Martín Noel. Siguiendo las ideas de éste, el arquitecto Cristhian Schindler la convirtió, en 1916, en un "palacio castellano", de estilo neocolonial. La razón de este cambio obedece a las ideas de la época: una reacción contra la arquitectura extranjera, que amenazaba terminar con los valores culturales propios. Martín Noel fue el pionero, en el arte de la arquitectura, de esta "restauración nacionalista".
Se incorporaron habitaciones en el primer piso, nuevas áreas de servicio posteriores y se cubrió el patio central. Fue así como la casa fue modificada para recrear los sentimientos y las inclinaciones estéticas del escritor, que se interesaba por el período renacentista español y barroco: casi todas las piezas expuestas son de temática religiosa.
En 1961, al fallecer Larreta, sus hijos vendieron la casa a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, con la finalidad de dedicarla como museo, y donaron la colección de obras de arte y mobiliario. En octubre del año siguiente el Museo abrió oficialmente sus puertas, contando entonces con una mayoría de objetos de entre los siglos XV y XVIII que pertenecían al escritor, más otros adquiridos nuevos o recibidos como donación.
Entre quienes fueron sus ilustres huéspedes figuran, entre otros, el rey Leopoldo II de Bélgica, los príncipes imperiales de Japón y el ex secretario de Estado norteamericano y premio Nobel de la Paz Henry Kissinger.
La propiedad ocupa 7.244,74 m² y el jardín 6.500 m². Antiguamente ocupaba toda la manzana. El museo tiene 12 salas de exposiciones y se accede al mismo por la avenida Juramento 2291.
En la reestructuración de la casa, realizada en 1916, se dotó a la construcción de un ancho portal de madera a tableros, coronado con molduras y ornamentos peruanos, y una puerta verde adintelada, a dos hojas, con arco escarzano, que se abre aparte de la carpintería general. El pórtico barroco imita al de la ya desaparecida Casa Basavilbaso, conocida como Aduana Vieja.
Las ventanas poseen guardapolvos rectos y cortinas de tablillas horizontales unidas que, por medio de unas pequeñas cadenas, pueden ser recogidas en la parte superior. Las rejas son de hierro voladizo. Los muros son blancos, rematados con tejas de gambas.
La casa está ambientada con criterio historicista, como si se tratara de un palacio renacentista.
En oportunidad de realizar Larreta un servicio diplomático en Francia, trajo al país una colección de obras de arte de origen español para ambientar su nuevo hogar. De esta manera se logró que el interior de la casa reproduzca estéticamente la España del Renacimiento.
Hay obras de arte, imágenes religiosas, tallas de madera, retablos policromados (el más llamativo es el realizado en honor a Santa Ana), muebles fraileros y tallas de madera. Entre estas últimas se destaca la del Patrono de la Ciudad de Buenos Aires, San Martín de Tours que posee dos metros de altura.
Hay además piezas relacionadas con la nobleza y con la guerra, como diversas armas y armaduras.
En el museo funciona además la biblioteca "Alfonso El Sabio", especializada en literatura española). Su anexo, denominado "La Casita de Arriba", está dedicado a la literatura infantil.
Uno de los atractivos principales de este museo es su frondoso jardín andaluz, que de por sí merece una visita.
Tres ventanas de reja, abiertas, permiten verlo desde el exterior. Único en su tipo en Sudamérica, ha sido diseñado según la tradición hispano-islámica, como un lugar para la meditación. Es un muestrario de ideas, símbolos y tradiciones que se remontan a la Edad Media. Dicen los entendidos que hasta resulta difícil de encontrar uno de tan buen gusto y bien ornamentado, incluso, en España.
El pórtico de acceso al jardín está adornado con pequeñas cerámicas granadinas cuadradas, blancas y azules, que se intercalan con las baldosas color ladrillo. Las paredes forman arcadas y unos macetones de gran tamaño contienen distintas clases de plantas con flores.
Una escalinata sirve de acceso al sendero que conduce a la "fuente de los sapos" y a la escultura en granito "De reojo", obra de Pablo Larreta. Los arbustos de plantas de boj se extienden por un total de 701 metros lineales, dibujando un camino laberíntico y dividiendo el jardín en sectores (llamados "eras") donde las plantas crecen como si el hombre no interviniera en su desarrollo.
En la esquina de Juramento y Cuba, puede observarse una pérgola con una glicina de más de un siglo de vida.
Como todo jardín hispano musulmán, se busca que el oído se satisfaga con el murmullo de las pequeñas fuentes de agua, el olfato con el perfume de las flores y el tacto con la variedad de brisas y las diversas texturas del piso, conformado por baldosas, ladrillos, tierra y ripio.
Se encuentran diversas especies exóticas y nativas de plantas: El ginkgo biloba, el ombú hembra, la glicina mencionada, un ciprés, palmeras, un palo borracho y el naranjo amargo, común en los jardines españoles. También existe en él una réplica en terracota de la estatua de David.
En primavera suele utilizase el jardín para conciertos al aire libre y exposiciones. Se puede acceder a él en forma libre y gratuita, y hay visitas guiadas los sábados.
Fuente: Wikipedia

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